Existen 87 millones de especies de seres vivos en el mundo, cada uno de ellas sabe intuitivamente que comer excepto una, te imaginas cúal es?

Estamos expuestos a una oleada de opiniones cientificas sobre que comer, muchas de ellas contradictorios. La paradoja es que cuanto más sabemos de alimentación, más parecemos estar confusos. Nos bombardean con fantásticas teorias sobre las propiedades mágicas del último «super alimento» lo que nos causa una cierta ansiedad sino lo compramos y consumimos.

Crear una forma saludable de alimentación no necesita más investigación que descubra nuevas propiedades de los alimentos. No existen los productos «milagro» y todos sabemos intuitivamente que nuestra salud no depende de comer estos alimentos milagrosos, sino de un equilibrio en lo que consumimos, de consumir «de todo lo bueno», nuestra laureada «dieta mediterranea», y de no consumir aquellos que sabemos que son perjudiciales. Es muy raro que la deficiencia de un nutriente cree un problema en la salud. Es la pobreza la principal causante de la malnutrición en paises en desarrollo, y en los paises desarrollados es el excesivo consumo de grasa, proteina animal y azucares simples, las que están causando enfermedades relativas a la dieta.

La clave de una alimentación saludable se basa en una relación respetuosa con el planeta, en la que seamos conscientes de como explotamos sus recursos naturales para alimentarnos. Acciones tan sencillas como comer sin excesos y variado, comer alimentos sin procesar, adaptarse a comer según la estacion del año, consumir productos locales, volver a la cocina tradicional, empoderarnos de nuevo en la cocina, etc. contribuyen no solo a respetar el medio ambiente sino que además tienen efectos beneficiosos para nuestra salud. Lo que es bueno para nosotros es bueno para el planeta y viceversa.

Por ello el problema no es que nos falta información o más investigación, sino lo que nos falta es ACCION. Necesitamos un cambio en la forma de pensar y tambien en los productos que compramos, que preparamos y consumimos. Necesitamos comprometernos con la educación sobre alimentación en los colegios, en prevenir la adulteración de la comida, en entender el impacto medio ambiental de nuestras elecciones alimentarias y sus consecuencias para otros seres humanos y animales.